domingo, 5 de abril de 2009

Más allá de los sueños...

Javi era un chaval feliz. Desde que comenzó la semana una mezcla de euforia e impaciencia reverberaba en su interior, y con mayor intensidad conforme se acercaba el sábado. No, no es porque el sábado le tocara con la parienta ni nada de eso, sino porque se acercaba el partido contra su rival talismán: el conjunto cubero, el único equipo al que le para todo lo que tira. O el único al que le para alguna, quien sabe…


Por otra parte, dicha euforia también respondía a su deseo de hacerse publicidad gratuita, ya que sabía que los corresponsales de la Chus hacían crónicas serias y objetivas, que podían servir para subir su caché internacional y hacer brotar las ofertas por contar con sus servicios. Quien sabe, igual hasta podría ser el sucesor de Il Muro en la meta cubera.


Así que Javi se puso a hacer campaña. El primer paso es el denominado “Aquí estoy yo”, debía hacer notar su presencia durante la semana para que en el seno del local más verde de la provincia resurgieran los fantasmas de sus actuaciones anteriores.


Bueno, más bien lo que hizo fue ir a la Chus a tocar los cojones.


El segundo paso en su agenda fue el “Aquí estoy yo otra vez”, yendo a la Chus de nuevo y dejando su sello en el presente blog, con lo que estaba pidiendo a gritos la atención del cronista crustáceo, que era su principal objetivo. Ganado este, la propaganda a su favor era cuestión de un ratico.

Pero otros oscuros deseos pertrechaba en su mente… el plan secreto del portero fumador no era otro que tener roce con el Gamba. Todo aquello estaba urdido desde el principio con el fin de que el cronista cubero sintiera la necesidad de conocer a su nuevo protagonista, y una vez allí Javi deseaba mimarlo, acariciarlo, estrujarlo… Ese nuevo pelico rubio se había convertido en su única obsesión.

En los minutos previos al encuentro, Javi acometió la última parte de su plan, se acercó al genuino albino ilicitano y entabló una conversación que manejo con astucia y alevosía, logrando por fin su objetivo: que el Gamba se comprometiera a ir a celebrar con él uno de sus goles. A partir de ahí una cosa llevaría a la otra, una cenica, unas flores, la cubitera con champán, el bote de vaselina…

Y si, finalmente lo consiguió (no todo, eh): pudo abrazar apasionadamente al 11 cubero y se fue completamente satisfecho a casa. O bueno, casi completamente satisfecho, porque si uno se mira el carnet de identidad y la foto se está apartando para que los de la Chus dejen de fusilarlo a balonazos, es que no todo ha ido como debía.


Ambiente de derby en el Mediterrani para que la Chus jugara en la pista de al lado, que el tambor y las tracas no nos las quita nadie, en un partido en el que el guión preestablecido saltó por los aires hecho pedazos a tenor de lo visto en los encuentros precedentes entre ambos conjuntos. Un Atlas mermado de efectivos no fue rival para el conjunto cubero, que en un ataque repentino de Alzheimer olvidó la reciente dinámica de ganar sufriendo y se dio un festín gracias a Javi, que pa eso es el prota de la crónica.

Todos los fantasmas cuberos acudieron en tropel al Mediterrani cuando Atlas se adelantó en el marcador, en lo que se preveía desde entonces un partido con la Chus chocando contra un muro defensivo y encajando eventuales contraataques. No obstante, en un ejercicio de efectividad extrema, todos los ataques cuberos acabaron en gol desde que Alfonso abriera la lata driblando al portero rival en un movimiento sospechosamente parecido al J·Capoeira de Marc. Poco después David ejerció de modelo para que Javi emulara a Victor Valdés. Los demás goles fueron cayendo mientras Atlas lo intentaba con balones aéreos a la espalda de la defensa cubera, que no surtieron el efecto deseado.

El segundo tiempo no tuvo mayor historia dado que un cansado conjunto local bajó los brazos conforme avanzaba el crono… con lo que el plan de Javi llegaba a su recta final. La próxima vez que rematara el Gamba se dejaría el gol y podría, por fin, tenerlo en sus brazos. Y así fue, el anhelado momento llegó y el meta local apunto estuvo de soltar una lagrimita: por fin comprendió que los sueños pueden llegar a hacerse realidad. Ahora mismo está en su casa con una sonrisita tonta en su cara, pensando en ese momento tan dulce, tan sentido, tan… tan… no, no hay palabra en el idioma castellano que defina como fue tan dulce momento para él.


Pero para mí solo ha sido uno más en mi lista.


No podemos concluir la crónica sin nombrar a quien siempre nombramos: Il Muro. Como no podía ser de otra manera, 4 minutos como jugador le dieron para mucho: intentó colársela al arbitro simulando un penalti (ni Michael Phelps podría igualar su piscinazo) para desequilibrar el partido (suponemos que en Albatera un 17-4 será un marcador ajustado, y querría erigirse en el héroe salvándonos del posible empate), y se reivindicó con dos goles de bella (los cojones!) factura, aunque tiene más mérito si cabe si tenemos en cuenta que sus compañeros no se la querían pasar.

Pero esa eficacia anotadora ha tenido un efecto colateral devastador para el equipo. Fuentes cercanas al Tropicales (porque siempre que viene a la Chus se me sienta al lado) han podido saber que Raúl Crack, debido a la vergüenza y bochorno que le provoca que hasta el portero le saque cuatro goles (que vaya tela también), está pensando seriamente en colgar las botas, y en cualquier momento puede emular al Chelito López la temporada pasada y tras concluir un partido decir “bueno, pues yo ya no juego más”. Todas las alarmas se disparan en el seno del equipo, dado que si el apodado “Zidane de los depósitos del agua” hace efectiva su amenaza el conjunto se quedará sin su estrella más mediática, y podemos estar asistiendo a un réquiem por el “jogo bonito”. Desde aquí se pide a la plantilla que brinde su incondicional apoyo a Raúl en estos duros momentos y le deje un euro y medio de bote cada vez que asista a la Chus.


Último apunte sobre el Zidane de los depósitos del agua: creo que me ha dado la invitación de boda de otro, porque pone “Eluterio”…


El crack: Javi. Cumplió su deseo de ser protagonista en el partido contra la Chus para poder salir en la crónica. Protagonista por paquete, claro está…

El dandy: Il Muro. Sorprende y mucho la efectividad pasmosa de Il Muro: mete goles con la misma facilidad con la que los encaja.

¡Vaya día! Guerrero. Según su punto de vista, intuimos que Silvestre salía en los primeros episodios de Tom y Jerry, pero como no se llevaba muy bien con los otros dos que iban de estrellitas se largó con Piolín, que le daba más cancha.

La dura: Mavi. Su pertinaz e impopular negativa a enseñarnos un pezón demuestra de forma tácita que su aureola tiene la forma de una Marie Lu (integral, para más señas).



No sé vosotros, pero yo como que veo cierto resquemor en la foto...

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