sábado, 2 de mayo de 2009

Ven… y patina sobre hielo!!! (sin squash ni nada)

Prendido a una botella vacía y clavado en un bar. Cada vez que el vaso tocaba sus labios, era imposible discernir si era él el que bebía del cubata o era el líquido el que le absorbía a él. En cada calada del ¿cigarro?, si te fijabas lo suficiente, podías ver como el fulgor del fuego que resplandece por un instante para luego convertirse en ceniza es su chispa vital, que le arrebata la vida con cada resplandor y la apaga al convertirla en triste polvo gris.

Pasa las noches encadenado a una barra por intangibles eslabones que, por ese mismo motivo, no puede romper. Cuenta la leyenda que cuando le operaron la rodilla, hizo cambiar el suero del gotero por JB. Sus amigos le decían que ese camino solo le llevaba a la autodestrucción, que cualquier día podía ser el último.

Él siempre respondía “ÚLTIMO LOS COJONES! QUE ÚLTIMO!”


Pos si, quizá el último día no ha sido (y que dure, no? O sino quien va a mantener los sábados al Zidane de los depósitos del agua en la Chus hasta los cojones por no poder irse?), pero la profecía de que ese camino le dirigía inexorablemente a la destrucción, vaya si se ha cumplido.


O vaya ostia, mejor dicho.


En una contra llevada al extremo por el cuadro cubero, con el payaso de Sito y Mijo como protagonistas, el pequeño de los Pérez Valera (aunque aquí el término “pequeño” debemos matizarlo como más joven, porque si no podemos dudar) choca contra el portero y ambos acaban malparados.

Y tan malparados, porque Mijo no paró. Siguió derrapando por la pista de curling completamente acostado, con un movimiento de rotación que recordaba a uno de los “pollos guerreros”, mientras veía inexorable un encuentro no deseado. El destino había querido que mejorara su alimentación para que el consumo del alcohol no le consumiera, y le había preparado una ración de hierro que es bueno pa los huesos (o eso me decían a mí de pequeño).


Y si, José obtuvo su ración de hierro. En toda la espalda. Así de irónico es el destino… aunque yo sé que no ha sido el destino: es una conspiración de la administración Bush, que vendió cemento resbaladizo a España para que aquellos que les tocan las pelotas descubriendo sus tejemanejes se chocaran contra los postes.


Y como en principio esto debería ser una crónica deportiva, pos si de paso comento que tal el partido pos supongo que podría estar bien también. A mí la pista del Miguel de Unamuno me hace recordar los juegos de la Master System, que en todos salía una pantalla que era en un paraje polar y los personajes resbalaban sobre el firme, y por eso te caías en los agujeros y perdías vidas, pero no te importaba tampoco mucho porque en dos horas ya te habías pasado el juego. 6000 pesetas pa ná.

Un voluntarioso Pisos Azules se vio sorprendido en la primera mitad por una extraordinaria efectividad del cuadro cubero, lo que acompañado al buen hacer de Miguel Navarro en la portería (al que Il Muro debería darle parte del Zamora si se lo lleva) resultó un lastre demasiado pesado para el conjunto local, que sin embargo no bajo los brazos hasta muy avanzado el segundo tiempo. La buena defensa y unas contras letales decantaron el partido hacia el lado visitante, que da un pasito más hacia su segunda liga (que, por mucho que se empeñe Chechu, no está sentenciada aún).


El duro: Chus. Los que asistimos a la concentración previa asistimos atónitos al intento de transformación en Superguerrer de este personaje. No consiguió su objetivo y por tanto sigue igual de nenaza.

El dandy: Il Muro. Dio toda una lección de estar implicado en el proyecto cubero, tirándose del barco a sabiendas de que sin él la victoria resultaría más sencilla.

El crack de la espalda de José. Mijo iba rebozándose tipo croqueta por los suelos mientras se acercaba inexorablemente hacia su ración de hierro. Le anularon el gol por tramposo (el hierro se consideró dopaje).

¡Vaya día! El estómago de José. Dado su delicado estado no podía digerir más que un puré pasado por la túrmix diez veces para que no hubiera tropezones, pero el machote se atrevió con toda una tostadita. Los hay temerarios…

El héroe: El hígado de José. Este órgano, dando por sentado que Mijo no llega a los 30, se ha conjurado para funcionar a pleno rendimiento todo el tiempo que le queda en este mundo.

La leyenda: La polla de José. Otras ya se habrían desecho por el uso excesivo, pero esta se yergue orgullosa ante la adversidad, y aunque no concede entrevistas, muchas veces ha sido utilizada como “micrófono”.

La anécdota: La suegra de José. Creo que todos coincidimos en que había mejores maneras de conocerla…

La profecía: José no llega a los 30. Esperamos equivocarnos, claro…

El payaso: Sito. ¿A que venía eso de que ahora eres tú el que va a ir en coche mientras a mi me va a tocar ir en tren y autobús? Cuando crezcas medio metro más y puedas decírmelo a la cara lo hablamos, ok?


TANTO LA VICTORIA COMO ESTA CRÓNICA VAN DEDICADAS A NUESTRO PRESIDENTE DE HONOR JESÚS, AL QUE TODOS LOS CUBEROS (CHELITO INCLUIDO) DESEAMOS UNA PRONTA RECUPERACIÓN.



Abro el correo, y ahí está él. Abro el messenger, y ahí está él. Abro la carpeta de fotos, y ahí está él. Y ahora... abro un cajón de la delegación de alumnos de la Facultad de Comunicación y Documentación de la Universidad de Murcia... ¡y ahí esta él!


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