Lo que la temporada pasada era uno de los derbys del Toscar se ha convertido en la presente en el derby de Carrús, puesto que a Talleres lo han exiliado de su colegio de toda la vida y se ha venido a jugar a nuestra vera, y a nosotros nos largaron del Jaume I por molestar al padre de Antonio, que está enfermo. Así pues, el León Felipe asistió por vez primera al derby carrusero, coliseo que parece puede albergar a ambos conjuntos en lo que resta de la presente temporada. El partido tuvo más de un protagonista, pero de entre ellos sin duda alguna el que más dio por culo fue el viento, que cuando algún día se nos caiga una palmera una de dos: o nos comemos los dátiles sin tener que subirnos a ningún sitio, o nos vamos todos juntitos al hospital a llevar lo que quede del desgraciao al que le haya caído encima.
La otra aparición estelar fue sin duda la de Raúl Crack dirigiendo al conjunto cubero, faceta que dominó a la perfección ya que sacó adelante desde el área técnica una de las pruebas más difíciles de la temporada, dado que el rival no lo puso nada fácil en ningún momento. Un sobresaliente para él por como supo leer el partido.
(Te estoy haciendo la pelota porque el sábado te pusiste malito, no te emociones demasiao tampoco)
La primera parte se puso pronto de cara, dos latigazos del vigente MVP Sito pusieron por debajo en el marcador a Talleres, que ya iría a remolque en el marcador el resto del encuentro pero que intentaría llevar el peso del partido con tal de igualar la contienda. No obstante en la primera parte
El descanso dio paso a una segunda parte mucho más loca y emocionante en la que los cuberos consiguieron mantener el marcador a favor a pesar de que Talleres se llegó a colocar 5-4 en el marcador, merced a varios desajustes defensivos (que mira tú por donde se producen curiosamente cada vez que entro yo al campo, habrá q llamar a Iker Jiménez para que estudie esta asombrosa coincidencia), y colocó la incertidumbre en las filas locales. El partido estuvo roto por momentos y una serie de contraataques pudieron cerrar el partido a nuestro favor, pero en unas ocasiones la falta de acierto y en otras los oídos sordos de
Sito apuntó al final de partido que no oyó al jugador desmarcado, a lo que Killer contestó lo que ya sabiamos: “Las palabras se las lleva el viento”. Que lo hacía, todo sea dicho.
Solo en los minutos finales el conjunto local logró despegarse en el marcador y matar un partido entre los que demostraron ser dos de los mejores equipos de la liga. Los dos detalles más destacados del partido los protagonizaron Alfonso y, como no, Il Muro, que siempre deja su huella en los partidos.
Aunque en esta ocasión más bien se la dejaron a él.
En un lance del juego un delantero rival se queda solo y un tanto escorado a la derecha, y el Zamora de la liga tuvo que salir a la desesperada con valentía, arrojo y, sobre todo, la jeta por delante… y desde ese momento tiene tatuada en la lengua la serigrafía del balón. Distinguir el dibujo de un puma cada vez que el portero te saca la lengua debe ser como ver un documental de la 2 en pequeñito.
En segundo lugar, Alfonso “XXL” Hernández. Estando el cuadro cubero en ataque, un disparo rebota en un defensor y llega en parábola al área, fácil para el portero que solo tiene que adelantarse y coger el balón que cae del cielo. Pero de repente y ante la atónita mirada de todos y cada uno de los asistentes del León Felipe, de la nada aparece “la locomotora” Alfonso y sin venir a cuento embiste con furia e inusitada potencia (como si fuera el AVE) en salto a un portero que ya tenía el balón controlado (y que no pareció sentarle nada bien el ataque, que no me extraña tampoco). Alfonso aduce que un defensa le tapaba la visión del portero y que creyó que el meta no habría salido “porque con el sol no habría visto donde estaba el balón”. Siendo Alfonsito sabemos que dice la verdad… pero quien lo diría, ni Pablo Alfaro en sus mejores tiempos.
El dandy: Il Muro, aunque quizás desde el sábado debamos llamarlo “Il puma”. Su valentía en ese uno contra uno nos conmocionó a todos… Sobre todo a él.
¡Vaya día! Sito. Fue baja en la cena de cumpleaños del gordo, presumiblemente porque le pusieron la correa.
El crack: El Gusti. Lideró la victoria del To-Hoo y amenizó la posterior velada con escatológicas historias que dejaron llorando al cumpleañero.
El duro: Alfonso. ¿¿¿Pero donde coño ibas macho???
Tras el inusitado estallido de furia sufrido en el último encuentro hemos tenido que tomar medidas drásticas para controlar a CC69 (Carnicero Calzonazos)
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