jueves, 19 de marzo de 2009

Tormodependencia

Existe circulando por las orillas del Vinalopó un bulo que de tanto repetir la gente se metió en la cabeza que era cierto. A partir de una pequeña broma, cierto grupo de personas empezó a meterle salsica a un hecho, hasta el punto de que la bola de nieve se hizo cada vez más grande, y distorsionando a pasos agigantados lo que en realidad sucedió. La historia se convirtió en leyenda urbana, y la leyenda en mito, y los que osan contarla perjuran que se trata de solo la legítima verdad.


El hecho original no fue otro que el otrora portero Gamba, en la liga local no me acuerdo contra qué equipo, chutó desde su propia portería probando fortuna. Mala fortuna tuvo, cierto es, el balón le golpeó en el muslo, después al suelo y por último su pie impactó con el balón... El balón fue al corner. En ese momento todo su equipo se descojonó entero, aunque tampoco era para menos.


Esa historia empezó a contarse en concentraciones en el campo de José y en botellones en el campo de futbol, y desde entonces no paró de crecer. La version 2.0 contaba que el balón había impactado también en la rodilla, la tercera vez que escuché la historia la pelota (que cada vez se asemejaba más a la bala que mató a Kennedy, porque cada vez que se contaba la cosa cambiaba de trayectoria) había impactado en muslo, rodilla, espinilla y pie, y el balón ya había llegado a la grada. Pero no acabó ahí la cosa: no sé que versiones habría en medio, pero la siguiente vez que me contaron lo que yo había hecho (que digo yo que algo sabría de lo que pasó) resulta que era que me había pegado en el pecho, la ingle, muslo, rodilla, espinilla, tobillo y pie, y que el balón se había saltado toda la grada y estuvo apunto de entrar en la cafetería del pabellón. Para cuando toda esta patraña se había convertido en mito, se decidió censurar antes de que saliera a la luz la versión 4.02, en la cual el balón, además del resto de partes corporales ya mentadas, me entraba por el oído izquierdo, tocaba el duodeno y salía por el ombligo, y el balón no solo llegaba a la cantina, sino que una vez allí se pidió un bombón con Baileys y media tostada con queso.

Pero el sábado, por fin, se desveló la gran mentira: el rubio platino demostró como tira de portería a portería para que los bocas (los chopos,) que sois unos bocas, se callen.

(Que os den, bocas!)


Ciñéndonos a lo estrictamente deportivo, el encuentro contra el colista había sido catalogado como “partido·trampa”. Los últimos resultados del rival demostraban la mejoría de juego y resultados del farolillo rojo, pero en el León Felipe Puerta de Sevilla no mostró dichos argumentos y cayó goleado en un partido que no tuvo demasiada historia. El líder vivió un partido franco desde bien pronto, ya que en los primeros minutos se adelantó en el marcador y paulatinamente fue aumentando su renta a medida que avanzaba el cronómetro. Por su parte el rival insistió sobre todo en mandar balones bombeados al área rival esperando que un rematador en segunda oleada pudiera aprovecharlos, táctica que no le resulta especialmente fructífera a la vista del resultado final. Una primera parte que concluyó 4-1 dejaba encarrilado un partido que el cuadro cubero sentenció en la reanudación.


Dado que la segunda parte no tuvo mayor historia, centrémonos en la vuelta a las canchas de “la bestia”. El ya olvidado MVP de la anterior edición de la alternativa deambuló sin pena ni gloria por la pista del coliseo cubero, y aunque intentó volver a ser ídolo de masas, el único detalle que hizo que el público volviera a recordar su esencia fue en ese balón por la banda que no salió del todo y le pitaron como fuera. La esencia de “la bestia” enrabietada en todo su esplendor, que coño va a ser fuera... Por su parte, Il Muro prosiguió con su particular camino hacia el Zamora al encajar tres goles, que siguen consolidándole en lo alto de la lista de menos goleados y le permite tratar con condescendencia a porteros ya retirados que no tuvieron fortuna en la meta cubera.


Por cierto, se ofrece portero rubio de pega para equipo de la local, razón aquí. Le diría a mi agente que me fuera ofreciendo por ahí, pero está ocupao desvelando conspiraciones por mail.


Por último, hablemos de Penalty·caño. Por fin hemos comprendido todos porque al enfrentarse a un portero su único y exclusivo recurso consiste en el caño, aunque también estén las variantes penalty·caño y auto·caño. La razón la comprobamos en esta última jornada, donde vimos el único chut de David que no iba dirigido entre las piernas, y todos observamos atónitos como, si dispara hacia cualquier otro lado, el portero contrario puede estirarse para la foto y blocar por el aire el balón sin mayores problemas, incluso puede pararse a pensar largo y tendido por el aire como hacían en Oliver y Benji (tipo “tengo que parar este balón por mi equipo, no podemos volver a caer ante Oliver porque yo quiero ir a Brasil y Mark Lenders se merece que el pijo ese que solo se lleva a uno a su escuela le elija, y por mi país también porque Japón es una ínsula y…; anda coño, el balón ya ha llegado”). Esperemos con atención el próximo tiro no caño de David.


Los pichichis del equipo se hincharon a meter goles, 4 por cabeza, mientras que la bestia mostró un pobre bagaje anotador en su vuelta, un solo tanto. Il Muro estuvo apunto de sumar un nuevo tanto, pero tuvo que conformarse con ser cada vez más Zamora. El 14-3 y los tropiezos de los rivales dan un margen al equipo que ya nos encargaremos de dilapidar.


¡Vaya día! El Tropicales. Falló a su ineludible cita del sábado noche con los biofrutas y las servilletas de la Chus. El buque insignia de nuestra sede desapareció en combate.

El duro de mirar: Adrian Ilie(uterio). Si cree que con ese pelico que se ha hecho va a pillar cacho, jodío lo lleva…

El dandy: Mijo. Tomó el relevo del Tropicales y se postula como su nueva generación. Solo en la barra de la Chus el sábado noche y pidiendo un cubata tras otro, se cree que el Red·bulles (como he escuchado en alguna ocasión) “no llega a los 30 el cabrón”.

El crack: Tormo. (Presumiblemente) lideró la victoria de To·Hoo con paradas de autentico mérito (se supone) y se reivindica ante sus seguidores (sobre todo ante su mayor fan: el Gusti).



Todos los periódicos de tirada local se hacen eco del gran partido realizado por Tormo, y lo destacan con grande titulares en sus portadas

1 comentarios:

Anónimo dijo...

La fotografía de este artículo ha sido cedida por la colección "Alfredo Mira"

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